Joven tatuada con 56 estrellas en la cara confiesa que mintió por temor a su padre
Londres, jun. 23 (ANDINA).- Lo confesó todo. Kimberley Vlaeminck, la joven belga que denunció a un tatuador de hacerle 56 estrellas negras en la cara en lugar de las tres que había pedido, dijo que mintió por temor a su padre.
La joven belga que acusó a un tatuador de llenarle la cara de estrellas sin su permiso admite que mintió por temor a sus padres
El caso dió la vuelta al mundo la semana pasada, y la cara de la joven, tanto como la de su tatuador se hicieron famosos. Ella dijo que se quedó dormida y que se despertó convertida en un mosntruo. El aseguró que actuó a pedido y que ella se asustó con la reacción de su padre.
Periodistas holandeses la entrevistaron y obtuvieron la confesión "off de record".
La chica, de 18 años, se confesó a la cadena de televisión holandesa VRT, pero sólo a medias, porque lo ha hizo pensando que las cámaras estaban apagadas.
Los periodistas le hicieron creer que no la grababan y, mediante ese ardid, empezaron a hacerla hablar hasta que lo reveló.
"Una parte es cierta, pero el resto, no", admite Vlaeminck en la grabación, para añadir que le gustan sus casi todos sus tatuajes, salvo los que tiene en la nariz.
Vlaminck, natural de la ciudad de Kortrijk, 90 kilómetros al noroeste de Bruselas, se hizo el tatuaje en un salón de Courtrai, por el que pagó 89 dólares.
La joven dijo la semana pasada que el tatuador, un rumano llamado Rouslain Toumaniantz, aprovechó un momento en el que estaba dormida para hacerle 56 estrellas en la cara, a pesar de que ella le había pedido tan sólo tres.
"Parezco un monstruo", llegó a decir Kimberley, entre lágrimas. La chica, que asegura que se despertó por el dolor que sentía en la nariz, alegó problemas de comunicación con el artista, que no entendió lo que ella quería.
"Es terrible. No puedo salir a la calle, estoy tan avergonzada. Simplemente me veo horrible", decía la joven, que denunció los hechos.
Toumaniantz lo negó todo desde el principio. Aseguró que Kimberley quería adornarse la cara como un cielo estrellado y que era bien consciente de cuál iba a ser el resultado. Dijo, sin embargo que pagaría el 50% de lo que costaría la operación para borrar los tatuajes.
El artista añadió que nunca la drogó ni le dio medidacamento alguno para que se durmiera y que él se limitó a hacerle el trabajo pactado con ella. Es más, según su versión Vlaeminck contempló cómo iba el trabajo.
"Ella aceptó, pero cuando su padre los vio, comenzaron los problemas", comentó.
Londres, jun. 23 (ANDINA).- Lo confesó todo. Kimberley Vlaeminck, la joven belga que denunció a un tatuador de hacerle 56 estrellas negras en la cara en lugar de las tres que había pedido, dijo que mintió por temor a su padre.
La joven belga que acusó a un tatuador de llenarle la cara de estrellas sin su permiso admite que mintió por temor a sus padres
El caso dió la vuelta al mundo la semana pasada, y la cara de la joven, tanto como la de su tatuador se hicieron famosos. Ella dijo que se quedó dormida y que se despertó convertida en un mosntruo. El aseguró que actuó a pedido y que ella se asustó con la reacción de su padre.
Periodistas holandeses la entrevistaron y obtuvieron la confesión "off de record".
La chica, de 18 años, se confesó a la cadena de televisión holandesa VRT, pero sólo a medias, porque lo ha hizo pensando que las cámaras estaban apagadas.
Los periodistas le hicieron creer que no la grababan y, mediante ese ardid, empezaron a hacerla hablar hasta que lo reveló.
"Una parte es cierta, pero el resto, no", admite Vlaeminck en la grabación, para añadir que le gustan sus casi todos sus tatuajes, salvo los que tiene en la nariz.
Vlaminck, natural de la ciudad de Kortrijk, 90 kilómetros al noroeste de Bruselas, se hizo el tatuaje en un salón de Courtrai, por el que pagó 89 dólares.
La joven dijo la semana pasada que el tatuador, un rumano llamado Rouslain Toumaniantz, aprovechó un momento en el que estaba dormida para hacerle 56 estrellas en la cara, a pesar de que ella le había pedido tan sólo tres.
"Parezco un monstruo", llegó a decir Kimberley, entre lágrimas. La chica, que asegura que se despertó por el dolor que sentía en la nariz, alegó problemas de comunicación con el artista, que no entendió lo que ella quería.
"Es terrible. No puedo salir a la calle, estoy tan avergonzada. Simplemente me veo horrible", decía la joven, que denunció los hechos.
Toumaniantz lo negó todo desde el principio. Aseguró que Kimberley quería adornarse la cara como un cielo estrellado y que era bien consciente de cuál iba a ser el resultado. Dijo, sin embargo que pagaría el 50% de lo que costaría la operación para borrar los tatuajes.
El artista añadió que nunca la drogó ni le dio medidacamento alguno para que se durmiera y que él se limitó a hacerle el trabajo pactado con ella. Es más, según su versión Vlaeminck contempló cómo iba el trabajo.
"Ella aceptó, pero cuando su padre los vio, comenzaron los problemas", comentó.
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