martes, 17 de enero de 2017

Barack Obama, el premio Nobel de la Paz que se convirtió en el primer presidente de EE.UU. en pasar sus dos periodos completos sin un solo día sin guerra

Barack Obama, el premio Nobel de la Paz que se convirtió en el primer presidente de EE.UU. en pasar sus dos periodos completos sin un solo día sin guerra

Obama en desfile militar.Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionObama estuvo en guerra durante todo su tiempo en el poder.
Muchos han notado la amarga ironía. Barack Obama, quien recibió el premio Nobel de la Paz en 2009 casi que como regalo de bienvenida a la Casa Blanca, pasó todo su mandato en guerra.
En efecto, el saliente gobernante es el primer presidente estadounidense en completar dos periodos completos de su mandato teniendo tropas de su país en combate activo.
Ni siquiera Franklin Delano Roosevelt, el presidente que encabezó el esfuerzo militar estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, pasó tanto tiempo en guerra.
Al fin y al cabo Roosevelt solo enfrentó hostilidades en cuatro de los 12 años que estuvo en el poder.
"Obama será recordado como un presidente de tiempos de guerra, lo que es irónico, porque eso era lo último que él planeaba o deseaba", le dice a BBC Mundo Eliot Cohen, profesor de historia militar en la Universidad Johns Hopkins.
"Pero él lanzó nuestra tercera guerra en Irak [contra Estado Islámico] , siguió en Afganistán, expandió por un orden de magnitud nuestra campaña de matar a terroristas designados como objetivos, y respaldó el derrocamiento europeo del régimen de Gadaffi (en Libia)", asegura Cohen.

Ni un día en paz

George W. Bush tuvo al menos los primeros meses de su mandato, antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York, para contemplar cómo era gobernar sin guerra.
Y Bill Clinton, el último presidente del partido demócrata en la Casa Blanca antes de Obama, puede alardear que en sus ocho años al frente del gobierno, Estados Unidos vivió en paz.
Obama con ataud militar.Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionObama no pudo cumplir con su promesa de campaña de sacar a Estados Unidos de la guerra.
No fue así para Barack Obama. El 20 de enero de 2009, en su toma de posesión, Estados Unidos tenía tropas de combate en Irak y en Afganistán.
Obama cumplió en buena parte su promesa de reducir drásticamente la presencia militar estadounidense en Irak.
Y también en Afganistán hay muchas menos botas estadounidenses que al comienzo de su mandato.
Pero el 20 de enero de 2017, al entregarle el mando a Donald Trump, Obama no podrá decir que pudo terminar las guerras ahí.

Combate activo

Se estima que alrededor de 8.400 soldados estadounidenses siguen asignados a misiones en Afganistán al final del mandato de Obama.
Por ejemplo, el pasado 3 de noviembre, en la ciudad afgana de Kunduz, dos soldados estadounidenses murieron y dos más quedaron heridos en un combate contra el talibán.
Estados Unidos ha lanzado bombardeos aéreos en la zona contra tropas del talibán que amenazan con tomarse la ciudad.
Coordinando los bombardeos desde tierra, y a veces participando en combates terrestres, hay un número indeterminado de soldados de las fuerzas especiales del ejército estadounidense, según relata el New York Times.
Casa BlancaDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionLa Casa Blanca estuvo en pie de guerra los 8 años.
Y el pasado 8 de enero, Obama ordenó el envio de 300 infantes de marina a la provincia de Helmand, una de las mas conflictivas del país.
Es la primera misión de tropas estadounidenses ahí desde 2014.

En Irak y Siria

Tampoco es Afganistán el único sitio en donde las tropas estadounidenses están en pie de guerra.
Gabinete de Obama espera noticias de bin LadenDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionLa operación militar para matar a Osama bin Laden fue uno de los momentos culminantes de la presidencia de Obama.
La guerra contra Estado Islámico en Irak y Siria ha costado siete bajas estadounidenses en combate en 2016.
Al final de su mandato, habrá cerca de 4.000 militares de Estados Unidos en Irak.
Terminar el conflicto en Irak fue, por supuesto, una de las promesas centrales de Obama cuando fue elegido por primera vez en 2008.
Pero las hostilidades siguen en ese país y todavía involucran a tropas estadounidenses.

El juicio de la historia

Estados Unidos bajo Obama también ha emprendido acciones militares en Libia, Pakistán, Somalia y Yemen.
¿Y entonces? ¿Pasará Obama a la historia como un mandatario guerrero?
Barack Obama, presidente de EE.UU.Derechos de autor de la imagenAFP/GETTY IMAGES
Image captionEn septiembre de 2014, Obama viajó a Estonia para reafirmar el compromiso de EE.UU. con los miembros de la OTAN.
Tal vez eso sería injusto en cierta medida con el mandatario saliente.
Obama, al fin y al cabo, recibió el gobierno con 200.000 soldados peleando en Irak y Afganistán.
Termina su mandato con menos del 10% de ese número como presencia militar estadounidense en esos países.
Y si hubiese ordenado la evacuación total de hasta el último soldado de la región, con seguridad habría enfrentado los reclamos de quienes piensan indispensable una presencia militar global para garantizar la seguridad de la superpotencia en el exterior y dentro de sus propias fronteras.
Barack Obama, presidente de EE.UU. junto a su esposa, Michelle ObamaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionObama junto a su esposa en una visita a una base del ejército en Hinesville, Georgia, EE.UU.
Obama también aguantó enormes críticas cuando, durante su mandato, se abstuvo de ordenar incursiones militares tan grandes como las que pedían algunos de sus opositores en sitios como Siria y Libia.
Al final, Obama desilusionó a muchos de los pacifistas por no terminar con las operaciones militares de su país, al tiempo que enardecía a los belicistas por negarse a desplegar todo el poderío estadounidense en el exterior.
Soldados estadounidenses honran memoria de soldado caído en acción.Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionSoldados estadounidenses siguieron muriendo en conflicto a lo largo de la presidencia de Obama.
El 10 de diciembre de 2009, al recibir el Nobel de la Paz, Obama dijo en su discurso que "No traigo conmigo hoy la solución definitiva al problema de la guerra".
Y añadió: "hay que aceptar la dura realidad. No erradicaremos el conflicto violento en nuestras vidas".
Obama en 2009 era el tipo de líder que podía convencer a sus entusiasmados y, algunos dirían, ingenuos seguidores de que casi cualquier cosa era posible.
Para su crédito, desde el comienzo intentó temperar las enormes expectativas que se originaron en su llegada al poder.
Lo que no hará menos amarga la decepción para quienes esperaron, infructuosamente, que Obama fuera el presidente de la paz.

Cómo se prepara California, el estado rebelde de Estados Unidos, para oponerse a Donald Trump

Cómo se prepara California, el estado rebelde de Estados Unidos, para oponerse a Donald Trump

Protesta en Los ÁngelesDerechos de autor de la imagenAP
Image caption"Trump no es mi presidente", exclaman estos manifestantes en la ciudad de Los Ángeles, California.
Salir a la calle, aprobar leyes de contención, levantar la voz... ¿Incluso independizarse de la Unión?
En California se baraja todo un abanico de acciones para hacer frente a la presidencia de Donald Trump, que comienza oficialmente el próximo viernes 20 de enero.
El estado que aporta más votos al Colegio Electoral fue también el que más apoyo le dio a la candidata demócrata Hillary Clinton y espera con cierto desasosiego la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Pero no espera de brazos cruzados.

"Alto al odio"

Dos son los temas que más preocupan a los críticos de Trump en California: la inmigración y el cambio climático.
Las declaraciones y propuestas del nuevo presidente en ambos asuntos no encuentran eco favorable en un estado que cuenta con más de 3 millones de inmigrantes indocumentados y que se ha destacado en el fomento de energías renovables y limpias.
Protesta en Los ÁngelesDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionDesde las elecciones del pasado 8 de noviembre. se han organizado distintas marchas en Los Ángeles y otras ciudades californianas para protestar contra el presidente electo.
"El día que Donald Trump ganó no fue el día que nuestros derechos civiles desaparecieron", manifestó el pasado sábado Angélica Salas, directora de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla, por sus siglas en inglés).
Lo hizo en el contexto de una concentración convocada en el centro de Los Ángeles para protestar contra los planes de Trump de deportar a millones de inmigrantes y construir un muro en la frontera con México.
No fue la primera marcha ni será la última.

Conocer los derechos

Isabel Medina escuchaba a Salas mientras abrazaba a uno de sus hijos.
Esta mujer de 43 años llegó a California desde México hace más de dos décadas y no tiene documentos legales.
"Da miedo saber que está la posibilidad de que te separen de tus hijos, pero no da tanto miedo cuando sabes que tienes derechos y que hay cosas que puedes hacer", le dijo Medina a la BBC.
Agentes de policía de Los ÁngelesDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles declaró en noviembre que sus agentes no van a colaborar en las deportaciones masivas, si finalmente Donald Trump las pone en marcha.
"Aquí en California hay mucha gente dispuesta a luchar por nosotros los indocumentados, somos la columna vertebral de la economía, quieran o no aceptarlo.
"Necesitan a gente como yo, personas que trabajan en las fábricas, cuidan a sus hijos y limpian sus casas para que ellos puedan continuar con sus vidas", expuso con firmeza.
Yo ya no tengo miedo... no tienes miedo cuando estás preparada y sabes lo que puedes hacer".
Isabel Medina

Iniciativas legales

Inmigrantes como Medina no sólo tienen el respaldo de los activistas migratorios.
También entre la clase política estatal hay una suerte de consenso en la defensa de los inmigrantes, tengan o no documentos.
En la sesión legislativa del pasado 5 de diciembre, nació el proyecto Immigrants shape California (Los inmigrantes dan forma a California), un paquete de 10 iniciativas legales para asegurar la protección de los inmigrantes.
Los legisladores recordaron que los indocumentados representan el 10% de la fuerza laboral del estado y contribuyen con US$130.000 millones anuales al producto interno bruto.
Estrella de Donald Trump en el PAseo de la Fama de Hollywood, Los ÁngelesDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa estrella de Donald Trump en el Paseo de la Fama de Hollywood en Los Ángeles ha sido objeto de protestas desde la elección del magnate.

Las 10 iniciativas son:
  • SB 10: 'Creación de una oficina de nuevos estadounidenses'.
  • SB 4: 'Salud para todos'.
  • AB 622: 'Proteger a inmigrantes de empleadores sin escrúpulos'.
  • SB 600: 'Protección de derechos civiles de los inmigrantes'.
  • AB 60: 'Impedir fraude en servicios de inmigración'.
  • AB 674: 'Igualdad para inmigrantes víctimas de un crimen'.
  • AB 899: 'Confidencialidad juvenil'.
  • AB 1343: 'Debido proceso para inmigrantes'.
  • AB 900: 'Protección a inmigrantes vulnerables'.
  • AB 1352: 'Evitar consecuencias para inmigrantes rehabilitados'.
"Estas iniciativas dan continuidad al legado de California de proteger a sus inmigrantes y ofrecerles oportunidad para su desarrollo socioeconómico", enfatizó Anthony Rendón, presidente de la Asamblea de California.
Donald Trump en Anaheim, CaliforniaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl presidente electo también cuenta con apoyo de parte de los residentes de California: Trump logró el 31% de los votos en este estado (en la imagen lo vemos en un mitin de la temporada de primarias en Anaheim).
Por su parte, el presidente protémpore del Senado de California, Kevin de León, quiso aclarar que el conjunto de propuestas no es una disputa con el gobierno federal.
"No buscamos un pleito, sino proteger los derechos plenos de los inmigrantes", subrayó.
En este sentido, no podemos olvidar que un 31% de los votos de California fueron para Donald Trumplo que se traduce en más de 4 millones de votos que no se deben ignorar.
Según Adam Winkler, especialista en derecho constitucional en la escuela de leyes de la Universidad de California en Los Ángeles, el estado tiene una autoridad limitada para interferir en las medidas migratorias del gobierno federal pero puede dificultar su ejecución.
Frontera entre México y Estados UnidosDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl muro fronterizo prometido por Trump no sería la primera construcción que divide a México y Estados Unidos.

El cambio climático como una realidad

Con menos repercusión mediática pero similar convicción, los ambientalistas se preparan para oponerse a la nueva administración en caso de que dé marcha atrás en las medidas para enfrentar el cambio climático.
"Me parece muy interesante observar cómo las cuestiones de la migración y el medio ambiente están profundamente entrelazadas", opinó Char Miller, director del programa de análisis ambiental en Pomona College, California.
"El muro fronterizo es un ejemplo de cómo se puede criminalizar el paisaje, según este esquema no sólo las personas son ilegales sino que el terreno y el entorno en sí son criminales", explicó Miller en conversación con BBC Mundo.
Para el profesor, California tiene un compromiso político con la regulación medioambiental que será difícil frenar, por más escéptico que sea el nuevo presidente.
Energía eólicaDerechos de autor de la imagenREUTERS
Image captionEl gobierno de Barack Obama hizo una fuerte apuesta por las energías renovables, como la eólica.
"Creo que el próximo gobierno probablemente pondrá fin a los incentivos pero no va a cambiar tanto las cosas porque los proyectos ya están en marcha y el dinero ya está invertido, la financiación no era sólo federal.
"Espero que continúe la apuesta por la energía solar, eólica y geotérmica", agregó.
Si Miller pudiera hablar con Trump, le diría que la pregunta no es si el cambio climático es o no una realidad sino cómo podemos responder a esta realidad.
"Si queremos una economía y una defensa fuertes, tenemos que reaccionar. Si negamos el cambio climático perderemos nuestra capacidad de ser un actor importante en el mundo", sostuvo.
"Si Trump quiere que ese sea su legado, será un honor lamentable".
"Lanzaremos nuestro propio maldito satélite"
El gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, fue muy claro a la hora de expresar su determinación para continuar con las políticas contra el cambio climático.
"Tenemos los científicos y los abogados y estamos listos para luchar", exclamó Brown el pasado 15 de diciembre en un discurso en la Unión Geofísica Estadounidense en San Francisco.
Jerry Brown, gobernador de CaliforniaDerechos de autor de la imagenAP
Image captionEl gobernador de California, Jerry Brown, se comprometió a seguir haciendo frente al cambio climático aunque falten los fondos federales.
Fue su intervención más apasionada, en la que la única referencia directa al presidente electo llegó como respuesta a las inquietudes de que se ponga fin a los proyectos de investigación de la Agencia Espacial estadounidense (NASA).
"Si Trump apaga nuestros satélites, California lanzará su maldito satélite propio", clamó Brown.

¿California independiente?

Todo esto lleva a pensar que hay un caldo de cultivo para que cobre fuerza el llamado Calexit (juego de palabras entre California y exit, salida, que además hace referencia al Brexit británico). Sus seguidores proponen realizar un referendo al respecto en 2019
"California tiene una poderosa economía y está muy conectado a los otros dos estados de la costa oeste, Oregón y Washington", apuntó Miller, director del programa de análisis ambiental en Pomona College.
Paneles solaresDerechos de autor de la imagenREED SAXON
Image captionEl uso de energía solar creció de forma pronunciada en los años de presidencia de Barack Obama.
"Lo que el gobierno de Trump puede fomentar es que estos tres estados empiecen a cooperar más en el ámbito estatal y que el impacto federal sea cada vez menor.
"En ese sentido, California ni siquiera necesita independizarse para ser la fuerza motora que ya es", concluyó.
En cualquier caso, sin llegar a la independencia, California se prepara para hacer frente al nuevo inquilino de la Casa Blanca.