El exitoso empresario de Microsoft que compró la peor marca del deporte en EE.UU.
El video se ha replicado por las redes sociales: se ve a Steve Ballmer, el mayor accionista individual de Microsoft, caminando entre varios fanáticos del equipo de baloncesto Los Ángeles Clippers con un entusiasmo inusual para un ejecutivo de su nivel.
Y también se lo ve correr, gritar, chocar las manos con todas las personas que se acercaron a darle la bienvenida como nuevo dueño del equipo, en un evento como parte del Fan Festival celebrado este lunes en el coliseo Staples Center de Los Ángeles, mientras de fondo se escuchaba "Lose Yourself" del rapero Eminem.
Era más parecido a la presentación de una estrella de rock que la del nuevo dueño del equipo: "Mis expectativas son mucho más altas que las que teníamos para este año. Así que vamos a hacer cosas grandes", arengó frente a la multitud.
Sin embargo, esa energía en Ballmer no es para nada extraña o ajena en su personalidad. De hecho, es casi como su firma. Su marca registrada.
Desde que se inició en los negocios de la informática de la mano de Bill Gates en Microsoft, Ballmer ha recorrido conferencias, entrevistas y presentaciones entregando todo de sí, rompiendo el protocolo financiero, mezclándose con el público, con sus empleados: sudando la camiseta, literalmente.
"¡Amo a esta compañía!", gritó con una euforia inusual en el mundo de los softwarey las computadoras durante la conferencia anual de la empresa en el año 2000. El video de esa presentación le dio la vuelta al mundo.
Por esa razón, cuando este martes se conoció que dejará de ser parte de la junta de Microsoft para dedicar más tiempo a la enseñanza y a su nuevo equipo, Los Ángeles Clippers, la pregunta que ronda es qué tanto de ese entusiasmo que le sirvió para levantar un emporio que vale actualmente US$274.000 millones se puede transmitir a un equipo que ha sido considerado siempre como el "hermano pobre" de los Lakers.
¿Cómo se convirtió en el patrón de Microsoft?
Muchos relacionan a Ballmer con un genio de la tecnología, cuando realmente ha sido responsable de los éxitos y fracasos de los negocios de la empresa fundada por Bill Gates y Paul Allen en 1975.
Nació en Detroit en 1956 y se graduó de matemáticas y economía en la Universidad de Harvard. Con el título en la mano trabajó un par de años en la empresa de productos del hogarProcter&Gamble.
Su vida cambiaría en 1980. En ese año, Ballmer fue contratado por Microsoft como jefe de negocios, con la idea construir un emporio alrededor del producto nuevo en el mercado: el MS-DOS y el encargado de convertir la marca nacida en la ciudad de Redmond, EE.UU. en el sinónimo de tecnología cuando el sistema operativo Windows invadió los computadores del planeta.
Pero también fue uno de los arquitectos de la estrategia de ventas que le traería algunos problemas legales a la compañía: la causa de monopolio que se abrió en el Departamento de Justicia de Estados Unidos en 1999 y en la Comisión Europea en 2004, que obligaron a Microsoft a pagar varias multas al respecto.
En 1998, después de 18 años como jefe de negocios, fue el hombre escogido por la junta directiva para reemplazar a Bill Gates como el nuevo presidente ejecutivo.
"Hay muchas cosas de que uno podría lamentarse. Pero en este tiempo al frente de Microsoft, creo que nos faltó integrar de manera definitiva el software y hardware", dijo Ballmer en marzo durante una charla en la Universidad de Oxford, cuando ya se conocía de su salida de Microsoft.
Fue al frente de la empresa donde se le conoció su debilidad por el deporte, especialmente por el baloncesto universitario, del cual es un fanático confeso y asiste con regularidad a los coliseos.
Y fue durante ese mes en Oxford cuando se conoció la noticia que volvería a darle una vuelta a su vida: la compra por US$2.000 millones de la franquicia de la NBA Los Ángeles Clippers.
A la conquista de la NBA
La historia de cómo se quedo con los Clippers tiene que ver con esperar la oportunidad.
En abril de este año se conoció una grabación en la que se escuchó al propietario de los Clippers en ese entonces, el millonario inmobiliario Donald Sterling, hacer comentarios racistas sobre una de las leyendas del deporte estadounidense, Earving "Magic" Johnson.
Por esa razón el comisionado de la NBA, Adam Silver, tomó una decisión radical: expulsar a Sterling y obligarlo a vender la franquicia.
Y Ballmer estaba esperando un oportunidad similar desde hacía años, para seguir los pasos del otro fundador de Microsoft, Paul Allen, que había comprado a los Halcones de Seattle del fútbol americano y los Trailblazer de Portland, de baloncesto.
Y después de varios tires y aflojes (Sterling se negaba a vender su parte), Ballmer logró quedarse por una cifra cercana a los US$2.000 millones con la que es considerada una de las peores marcas del deporte: en los 50 años que lleva funcionando no ha podido conseguir un solo título de la NBA.
Pero no le importó."El optimismo es una fuerza que puede modificar las cosas", ha repetido constantemente desde que se conoció que sería el nuevo dueño.
Con la misma energía con la que gritó "¡Amo a esta compañía!" en aquel video de 2000, espera darle la vuelta al destino del equipo.
¿Dejarán de ser los Clippers los peores?
En medio del carnaval por la presentación de Ballmer, el nuevo propietario hizo una promesa arriesgada: "Vamos a ganar muchos, muchos títulos de la NBA en los próximos 26 años", dijo frente a los hinchas, que lo respaldaron con el mismo fervor.
Sin embargo, la historia de los Clippers no ha sido la del triunfo. Desde que fue fundada como los Búfalo Braves en 1970 y que pasó por San Diego, la franquicia nunca ha ganado ni siquiera alguno de los títulos divisionales.
Su mejor temporada fue la del año anterior, cuando llegó a las semifinales de la conferencia oeste de la mano del brillante Blake Griffith y Chris Paul, donde perdieron con los Truenos de Oklahoma liderados por Kevin Durant.
Pero tal vez esos números -con los que superaron a su rival más famoso, los Lakers- sean un buen augurio para que Ballmer pueda traer el trofeo a los estantes vacíos de los Clippers.
"Sabemos que tenemos que trabajar duro, pero también sabemos que debemos tener una estrategia. Pero lo más seguro es que vamos a traer cosas buenas para los Clippers", dijo un optimista Ballmer a los medios el pasado lunes.
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