El club que quiere acabar con una "maldición" de 73 años
Néfer Muñoz
BBC Mundo, 24 de mayo de 2013
"Carthago delenda est" ("Cartago debe ser destruida"). Ésa es la frase en latín que en la Antigüedad repitieron los romanos cuando derrotaron implacablemente al imperio fenicio de Cartago.
Y también es la frase que parece haber acompañado en las últimas siete décadas a uno de los equipos de fútbol más tradicionales de Costa Rica y Centroamérica, el Club Sport Cartaginés.
A pesar de ser uno de los equipos con mayor historia del área de Concacaf (Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe), la última vez que el Cartaginés ganó un campeonato de Costa Rica fue en el torneo de 1940.
"Queremos ser campeones para acabar con el sufrimiento colectivo de décadas. El próximo juego va a ser el partido más importante de mi vida. Así de simple" (José Villalobos Chan - Defensa y capitán del C.S. Cartaginés)
Esto ha disparado toda una mitología popular de supersticiones sobre una supuesta maldición que recayó en el equipo.
"Esta mala racha de campeonatos no es una presión sino una motivación para nosotros los jugadores", le dijo a BBC Mundo José Villalobos Chan, defensor y capitán del equipo.
"Queremos ser campeones para acabar con el sufrimiento colectivo de décadas. El próximo juego va a ser el partido más importante de mi vida. Así de simple".
Frustración blanquiazul
El Cartaginés, que viste los colores azul y blanco, ha tenido en diferentes épocas a algunos de los mejores futbolistas del área y cuenta con una de las principales (y más estoicas) hinchadas.
De hecho, generaciones de aficionados cartagineses han crecido, y algunas de ellas han muerto, sin ver a su equipo campeón.
Sin embargo, la racha puede acabar este sábado 25 de mayo, cuando se juegue el segundo (y definitivo) partido de la final del fútbol costarricense, que enfrenta al Cartaginés contra el Club Sport Herediano.
"Ha sido una larguísima espera. El próximo juego serán los 90 minutos más largos de mi vida", le comentó a BBC Mundo Daniel Vargas, presidente de la Junta Directiva del club.
El partido de ida lo ganó el equipo azul en su casa el fin de semana anterior por 3 a 1. Curiosamente, el rival es el mismo de la final del torneo de 1940.
La religión y el fútbol
Cartago, una ciudad fundada por conquistadores españoles y sede del Club Sport Cartaginés, fue la primera capital de Costa Rica y está ubicada en un fértil valle, tropical y lluvioso, a 25 kilómetros al este de San José, la actual capital.
Esta es una ciudad donde tradicionalmente la religión, así como las supersticiones y las cábalas, juegan un papel muy importante en la cultural popular.
"No creo ni en maldiciones ni en muñecos enterrados. Creo que la historia de la maldición ha sido una excusa para evadir y justificar malos resultados" (Javier Delgado - Técnico del C.S. Cartaginés).
Aquí está la principal basílica del país.
Una vez al año, casi la mitad de los cuatro millones de habitantes de Costa Rica hacen una peregrinación para visitar ese templo católico, donde se rinde culto a la Virgen de los Ángeles.
Precisamente, la historia de la maldición tiene connotaciones religiosas y el mito surgió por un supuesto sacrilegio cometido al interior de la basílica.
La celebración "sacrílega"
El 12 de enero de 1941 fue el día en que se jugó la final del torneo de 1940 del fútbol de Costa Rica.
La leyenda popular de la maldición tiene en sus detalles muchas versiones. Una de ellas cuenta que tras ganar el campeonato los eufóricos jugadores del Cartaginés entraron a la basílica montados a caballo y, muchos de ellos borrachos, hicieron desmanes en su celebración.
Presuntamente, debido a la algarabía desaforada, el sacerdote que en ese momento oficiaba un Te Deum lanzó una maldición y dijo que el equipo no volvería a ser campeón hasta que muriera el último de los jugadores que habían participado en aquel sacrilegio.
El Cartaginés es el equipo activo más antiguo del fútbol de Costa Rica. Fundado en 1906, tiene en su palmarés tres títulos del fútbol costarricense (1923, 1936 y 1940) y un título de campeón de Concacaf (1994).
Además, en 1996 disputó la Copa Interamericana ante el club argentino Vélez Sarsfield.
Pero desde el torneo de 1940 comenzó su sequía de campeonatos de torneos locales.
Desde entonces, ha estado ocho veces muy cerca de coronarse. Pero en las ocho ocasiones siempre quedó subcampeón.
"Aunque yo no creo en la maldición, es interesante que el último de los sobrevivientes de aquel torneo de 1940 murió en 2012", le explicó a BBC Mundo el periodista Eduardo Baldares.
El muñeco enterrado
Además de la historia del sacrilegio, existe otro mito popular sobre el origen de la supuesta maldición del Cartaginés.
Esta segunda leyenda cuenta que alguien hizo un sortilegio en contra del equipo al enterrar, clandestinamente, un muñeco de maleficio bajo el césped del estadio.
Ambas leyendas, la del sacrilegio y la del muñeco, han capturado por décadas la imaginación de los aficionados del fútbol de Costa Rica.
En algunas ocasiones, incluso, hubo sugerencias de hinchas cartagineses que pedían un exorcismo del estadio.
"Yo no creo ni en maldiciones ni en muñecos enterrados", dijo a BBC Mundo Javier Delgado, técnico del Club Sport Cartaginés.
"Creo que la historia de la maldición ha sido una excusa para evadir y justificar malos resultados. Yo en lo que sí creo es en el trabajo constante", explicó el actual entrenador, quien en los años noventa fue el capitán de la selección de fútbol de Costa Rica.
"Por eso he estado trabajando en cambiar la actitud de los jugadores y de la afición".
En los últimos días el paisaje de la ciudad de Cartago, ubicada al pie de un imponente volcán, se ha inundado de banderas azul y blanco.
Y en las calles, la emoción y el dramatismo por la final del campeonato se traduce en alegría, ansiedad y constantes cánticos de un lema que tiene algo de afirmación, mandato y súplica: "Vive, vive, Cartago vive".
"La gente ahora tiene claro que la maldición y el muñeco fueron algo mental y de actitud", dijo a BBC Mundo Adrián Tames, abogado del club. "Ésta es una nueva generación de aficionados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario