Aeropuertos deciden prohibir los chistes y enviar a la cárcel a los bromistas
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) de los Estados Unidos, señaló a través de su blog que se instrumentaron medidas, principalmente en los aeropuertos aunque también en metros y ferrocarriles, para evitar confusiones de ningún tipo, y explicó que ya se ha mandado gente a la cárcel por el solo hecho de hacer bromas sobre la posibilidad de tener objetos peligrosos en su equipaje o encima.
Tomado de Lared.21
La advertencia sobre las más fuertes medidas, incluyen ejemplos de los chistes que han determinado sanciones a los pasajeros, aunque la administración asegura también que se trata de normas para “facilitar el diálogo sobre las innovaciones en seguridad, tecnología y los procesos de escaneo en los puntos de chequeo”.
La TSA argumentó en su favor que contrariamente a lo que se piensa, el número de gente que intenta cruzar los controles con armas de todo tipo se mantiene sin alteraciones: en la última semana de marzo se confiscaron 32 armas de fuego, 23 de ellas cargadas, en las terminales aéreas de Estados Unidos.
“Seguimos encontrando granadas de mano y otras armas semanalmente. Por favor tengan en cuenta que si un artículo se ve realmente como una bomba, granada, mina, etc. está prohibido sea real, o no”, agrega la agencia federal.
Las bromas que te pueden llevar al calabozo
La TSA publica en la web algunas de las bromas que generaron problemas a sus autores.
En el aeropuerto de Chicago, donde los pasajeros deben quitarse ciertas prendas, un pasajero dijo: “¿También tengo que quitarme la pistola?”, detenido por horas y multado.
Un pasajero en Denver oyó a otro pasajero decir “espero que no salgas de la puerta de embarque A-37, porque va a desaparecer con una explosión”. Informó a los oficiales, lo detuvieron y retrasó varios vuelos.
En Orlando, un pasajero que estaba pasando sus maletas por rayos X preguntó: “¿Se pueden pasar bombas nucleares?”, fue demorado.
En el condado de Knox, un visitanto dijo que los aviones estaban haciendo mucho ruido: “Si no se detienen, voy a dispararle a uno”, dijo a una dependiente. Pasó un día en la cárcel.
“Tengo una bomba atómica en mi maleta”, dijo una mujer en el aeropuerto de San Juan: tuvo que rendir cuentas ante las autoridades puertorriqueñas.
En Michigan un pasajero cansando del chequo advirtió: “Cuidado, hay una bomba en mi maleta”. No pudo viajar.
“Tengo dos detonadores dentro de las latas”, dijo otro en Arizona, después de que le prohibieron pasar el puesto de seguridad con dos latas de gaseosa. Detenido, sin gaseosa.
Furioso porque le habían extraviado las valijas, un pasajero recién llegado a Las Vegas, reclamó:“Imagínese que tuviera una bomba en la maleta. No estoy en el avión y explotaría”, ironizó.La ironía le costó la detención temporaria y una multa.
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