lunes, 5 de enero de 2015

Los excesos del equipo más loco del fútbol inglés

Los excesos del equipo más loco del fútbol inglés

En sólo 10 años Wimbledon pasó de ser un equipo de aficionados a conquistar el título de la Copa FA en Wembley.
Fue uno de esos cuentos de hadas en el fútbol. Un modesto club del sur de Londres pasó del completo anonimato a la gloria en sólo 10 años.
Pero lo cierto es que en la historia también hubo mucha violencia, intimidación y excesos según reconocieron sus protagonistas.
Cuando el Wimbledon FC dejó de ser un equipo aficionado al ascender a la cuarta división del fútbol inglés en 1979, Liverpool se coronó campeón de Inglaterra por décima primera vez y sumaba cinco títulos internacionales, incluidas dos Copas de Europa.
Lawrie Sánchez anota el gol de la victoria en Wmbley en 1988.
Una década después fue la "Pandilla Loca" de la capital británica la que alcanzó la gloria en el mítico estadio de Wembley al vencer a Liverpool en la final de la Copa de la Asociación de Fútbol, la FA, la más importante para la época en Inglaterra.
Fue uno de los partidos más memorables del fútbol inglés y el que elevó a leyenda popular a la "Pandilla Loca" (Crazy Gang, en inglés), futbolistas que alcanzaron la fama por sus métodos de intimidación y extrema rudeza.

Descartes

Dentro de aquel grupo de jugadores destacaban las figuras del Dennis Wise, Lawrie Sanchez, John Fashanu, David Beasant y Vinnie Jones, quienes protagonizaron un documental que transmitió el canal británico BT como previa al partido que jugarán Wimbledon y Liverpool este lunes por la tercera ronda de la Copa FA.
En dicho programa se refleja cómo futbolistas que habían sido descartados por otros equipos lograron conjugar en Wimbledon los elementos necesarios para triunfar.
"Hubo veces que fuimos 200% físicos. Creíamos que éramos caudillos de guerra porque a las tres de la tarde los sábados era una guerra", reconoció el delantero John Fashanu, uno de los más controversiales por sus métodos de intimidación.
"Wimbledon fue un equipo rudo. Había chicos fuertes. Todos veníamos de hogares con problemas, sin dinero", destacó Fashanu, quien considera que esa imagen contribuyó al éxito que varios jugadores tuvieron una vez que se retiraron del fútbol.
John Fashanu y Vinnie Jones solían intimidar con sus figuras corpulentas y actitud agresiva, diferente a la imagen que transmite la foto.
Uno de ellos fue Vinnie Jones, quien como futbolista se hizo famoso por la foto en la que le aprieta los testículos a Paul Gascoine.
"Era una locura la primera vez que llegué", dijo Jones. "Uno de los mejores momentos fue cuando tuvimos una pelea en Chelsea... Hubo 21 jugadores en el círculo central lanzándose golpes y de todo".
"Nos encantaba el hecho de que todos nos llamaban la 'Pandilla Loca', reconoció Jones, quien tras retirarse como futbolista se convirtió en actor, siendo por lo general el "malo" en películas de Hollywood.

Ley de vestuarios

Jones contó cómo un día Fashanu, quien para muchos era el más violento, le pidió que cerrara la puerta. "Nunca había visto algo así. Lanzó al tipo por los aires como una muñeca de trapo".
Miles de personas salieron a las calles en el sur de Londres a celebrar el título.
Fashanu asegura en el documental que no se arrepiente de lo que ocurrió en la época.
"Para ganarse el respeto y ser capaz de mantenerlo necesitabas ese elemento de generar miedo", justificó.
Wise, quien luego se convirtió en capitán de Chelsea y fue internacional con Inglaterra, explicó que hubo un momento que resume la conexión entre la pandilla.
"Nuestro nuevo defensa central Eric Young seguía yendo a entrenar con su bolso de Brighton, su anterior equipo. Para nosotros fue demasiado entonces se lo quemamos con toda su ropa", describió.
Wise llegó a Wimbledon después de haber sido descartado por Crystal Palace y Southampton.
"Fue nuestra manera de decir que ya no estás en Brighton, estás en Wimbledon. Esa era la cultura entonces".
La historia también fue recordada por Lawrie Sánchez, de padre ecuatoriano y madre norirlandesa, quien fue el autor del gol en la final de 1988 contra Liverpool.
"El humo resultó ser tóxico y tuvimos que evacuar el café donde nos encontrábamos", dijo.
Jones aprovechaba su físico para encarar frecuentemente a los rivales y árbitros.
Sánchez también contó cómo la noche previa a la final "la pandilla fue al bar al que solía ir. El entonces presidente Bobby Gould le dio dinero a uno de los jugadores, Alan Cork –el futbolista dice que fueron 20 libras (US$30), el presidente 200– y nos tomamos unos tragos hablando de lo que iba a pasar el día siguiente".
Cork, de hecho, fue protagonista de una de las historias más extremas.
"Una vez le prendimos fuego al auto de Cork porque Harry (como le decían al entrenador Dave Bassett) no quería darle un aumento", confesó.
"Ellos dijeron que sería mejor si Cork perdía su auto, entonces lo incendiamos en el estacionamiento".

Rechazo

Pero no todos compartieron esa "filosofía" como admitió uno de los jugadores, el defensor Terry Phelan.
El portero David Beasant tiene el honor de haber sido el primero en atajar un penalti en una final de la Copa FA.
"Vi jugadores llorando por el abuso, desplomados físicamente y llorando".
Sin embargo Basset, el entrenador que guió a Wimbledon desde la tercera división a la máxima categoría, pero quien dejó el equipo un año antes del triunfo en Wembley, criticó el documental y a sus exjugadores, en especial a Fashanu.
"La 'Pandilla Loca' nació en el lodo de la liga del sur, la cuarta, tercera y segunda división", aclaró. "No recuerdo que Fashanu se embarrara sus zapatos allí".
Basset lamenta que no hubo mención al fútbol que su equipo practicaba, a los avanzados métodos de entrenamientos que implementaba o las sesiones de video que dedicaba con los jugadores.
Asegura que durante su época no hubo artimañas contra los rivales, pero que no puede responder si pasaron después de que él se fue.
Pero la "Pandilla Loca" de Wimbledon ha perdurado en el tiempo y muchos exfutbolistas, como el goleador Gary Lineker, recuerdan su presencia sobre los campos de juego.
"Los vestuarios de su estadio siempre estaban helados y cuando salías a jugar te solían pegar una patada desde el inicio".
Tal fue el rechazo de los rivales en el época que Lineker aseguró que "la mejor manera de ver a Wimbledon era en el teletexto".

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