Cómo Inglaterra, "el país que inventó el fútbol", se ha convertido en el hazmerreír de ese deporte a nivel mundial
67 días y un partido fue lo que duró el reinado de Sam Allardyce como técnico de la selección inglesa de fútbol, el cargo con el que siempre había soñado.
Es el tiempo más corto que ha pasado un entrenador en el banquillo, dejando por fuera los que tuvieron que asumir la responsabilidad de manera interina.
La salida de Allardyce debido al escándalo que destapó el periódico The Telegraph fue tan inesperada como su nombramiento, que muchos todavía piensan que se produjo debido a la falta de opciones disponibles para la Asociación Inglesa de Fútbol (FA, por sus siglas en inglés).
Parece un cáliz envenenado
"Estoy enojado y triste", le dijo a la BBC el exdelantero y capitán de Inglaterra, Alan Shearer.
"Estoy pasmado de la falta de juicio de una persona que dijo que este era su trabajo soñado".
Allardyce se vio obligado a dejar su puesto luego de aprovechar su cargo para negociar un acuerdo por ciento de miles de dólares para colaborar con una compañía de inversiones asiática ficticia.
El técnico, que fue filmado con una cámara oculta por periodistas que investigan una red de corrupción en el fútbol inglés, también calificó de "ridícula" la controversial regla que prohíbe que la ficha de los futbolistas pertenezcan a terceros y dijo que sabía de métodos para eludirla.
"Parece un cáliz envenenado" dijo Shearer sobre el puesto de seleccionador. "Es un trabajo muy difícil.
Esta opinión es compartida por Rio Ferdinand, quien agregó que la posición de seleccionador se ha convertido en algo "cómico".
Sensación histórica
Pese a ser la cuna del fútbol moderno, el que estableció las reglas y dio sentido al deporte del balón hacia finales del siglo XIX, Inglaterra nunca se ha establecido como una de las superpotencias del juego.
Por delante de ellos se colocan países que reciben el honor por historia como Brasil, Alemania, Italia, Argentina o Uruguay, e incluso otros que en determinados períodos marcó claramente su superioridad como Hungría, Francia o España.
En las vitrinas de la FA sólo hay una Copa del Mundo, la de 1966, que todavía sigue siendo discutida por el polémico gol anotado por Geoff Hurst en la final contra Alemania en tiempo suplementario, tanto que resultaría definitivo.
Antes y después de ese título aparecen un cúmulo de decepciones que va directamente proporcional a las expectativas que genera cada vez que se acerca un partido o un torneo internacional.
Inglaterra no participó en los tres primeros mundiales por una disputa con la FIFA que se extendió entre 1928 y 1946, pero cuando hizo su debut en 1950 sufrió la que -hasta Islandia- era recordada como la derrota más humillante de su historia frente a Estados Unidos.
Eso sin contar la goleada 6-3 que recibió por parte de Hungría en el estadio de Wembley en 1953, o la aún más abultada derrota 7-1 en Budapest al año siguiente.
La selección de los tres leones quedó eliminada en la primera fase en Brasil, actuación que se repetiría en 1958 y 2014.
No pudo clasificar a tres mundiales (Alemania 1974, Argentina 1978 y Estados Unidos 1994) y sólo una vez llegó a semifinales aparte del título en 1966, cuando fue cuarto lugar en Italia 1990.
Sus resultados en la Eurocopa han sido incluso peor, registrando cero títulos, una sola semifinales, cuatro eliminaciones en la fase de grupos y cuatro veces ni siquiera ha clasificado.
¿Y ahora qué?
El cargo de seleccionador lo asumirá para los próximos cuatro partidos Gareth Southgate, actual entrenador de los equipos inferiores, pero la duda es saber quién será el responsable del equipo durante todo el proceso de clasificación al mundial de Rusia 2018.
El nombramiento de Allardyce mostró la falta de candidatos tras la marcha de Hodgson, carencia que volvió a quedar en evidencia ahora por los nombres que barajan los medios ingleses.
El preferido es el actual seleccionador de Estados Unidos, el alemán Jürgen Klinsmann, pero hay poco optimismo dentro de la FA de poder persuadirlo.
A partir de allí se abre una lista de entrenadores con poca experiencia en el ámbito de selecciones o con un bagaje sin títulos en el fútbol de clubes.
Steve Bruce, Alan Pardew y Eddie Howe son los más mencionados.
Desde que Walter Winterbottom se convirtió en el primer entrenador dedicado exclusivamente a la selección inglesa en 1946 han sido muchos los nombres que han pasado por el banquillo, pero es recientemente cuando se ha acelerado esta rotación.
En los primeros 44 años, hasta 1990, sólo seis personas tuvieron la responsabilidad de dirigir a Inglaterra, pero en los últimos 26 años esa cifra se ha doblado.
Se ha apostado por la influencia extranjera con el sueco Sven-Goran Eriksson o el italiano Fabio Capello, por un fútbol ofensivo y abierto (Bobby Robson o Glenn Hoddle) o uno más pragmático y defensivo (Hodgson o Graham Taylor).
El problema es que ninguna de estas fórmulas dio resultado.
¿Seguirá el equipo de los tres leones siendo causa de dolor y vergüenza para los aficionados ingleses y de risa para el resto de los fanáticos del fútbol a nivel mundial?
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