La increíble historia del dentista más famoso de Estados Unidos
La tumba de Edgard Randolph Parker, en Saratoga, California, podría pasar desapercibida. Su hija se aseguró de que no hubiera ninguna pista de que trataba de "Painless" (sin dolor) Parker, el dentista más famoso de Estados Unidos.
Me lo encontré cuando estaba haciendo la investigación para un libro sobre cómo la idea de tener mala dentadura y la odontología se llegó a las masas.
La insistencia de Parker sobre la necesidad de un cuidado dental de alta calidad y su talento para el espectáculo representaron un importante rol en este cambio, aunque hoy en día ya casi no lo recuerden.
Hay un solo libro sobre su vida escrito por dos dentistas: "Las primeras aventuras de Painless Parker", de Peter M. Pronych y Arden G. Christen.
El dentista viajero
Painless Parker no era solo un apodo. En 1915 se cambió legalmente su nombre original a ese, para poder seguir practicando pues California insistía en que los dentistas trabajaran bajo su nombre legal.
A lo largo de su carrera, Parker tuvo decenas de consultorios, en lugares como Utah, California, Oregón, Nueva York, Idaho, Colorado y el estado de Washington, pero todo empezó en New Brunswick, su provincia natal en Canadá.
En esa época se favorecía lo que se conocía como la ruta "ética", es decir que no salía a buscar pacientes. Pero revisarse los dientes no era algo usual para la mayoría de la gente y, con la competencia de otros odontólogos y el eterno factor del miedo al dolor, su silla pronto quedó vacía.
Desesperado, alquiló un cuarto en una ciudad cercana y salió a las calles. Armado con una jeringa cargada con cocaína aguada a la que llamaba "hidrocaína", le hablaba a los transeúntes de la salud dental y les ofrecía un trato: extraerles dientes por sólo 50 centavos sin que sintieran dolor; si no quedaban satisfechos, les pagaría US$5.
Como el narcótico funcionaba, pronto empezó a ganarse la vida como dentista viajero. A donde llegaba, pedía una mecedora prestada para sus pacientes.
Unos años más tarde, se fue a vivir con su familia a Nueva York, donde volvió a pasar dificultades hasta que conoció a William Beebe, un exempleado de Phineas Taylor Barnum, el empresario y artista circense estadounidense, recordado por sus engaños en el mundo del entretenimiento.
Juntos planearon algo insólito: publicitar con absoluto descaro a Parker y lo que podía hacer, y hacer giras con el espectáculo.
Odontología en un circo
En medio del bullicio de las calles, un músico o una banda tocaban para llamar la atención… y para disimular los gritos del paciente. Parker pronunciaba su bien practicado discurso y ofrecía el tratamiento a quien lo deseara.
Pronto empezaron a llegar más y más clientes. Al ver cuán bien funcionaba el show, comisionó algo que se llamaba "Paris Trap", una plataforma jalada por caballos con una silla de dentistería y empezó a mantener el cubo en el que echaba los dientes que extraía a la vista del público.
A pesar de que sin duda era un dentista experimentado, el hecho de que tuviera dotes teatrales hizo que siempre lo desestimaran calificándolo de curandero y charlatán.
Se la pasaba en pleitos judiciales luchando contra los límites de la publicidad o por retos a su legitimidad o "ética". Además, siempre mantuvo sus precios bajos para los clientes pobres, se enfrentaba a quienes cobraban mucho y contra los monopolios.
Tras la repentina muerte de Beebe, Parker se fue a vivir a California y consideró retirarse. Pero compró un consultorio en mal estado en Los Ángeles y poco después ya estaba construyendo más.
En la costa occidental de EE.UU. tampoco lo recibieron bien. Eventualmente estableció el Instituto de Economía Dental para entrenar a dentistas y enfrentar sus muchas batallas legales con la Asociación Dental del Estado de California.
También renunció a tener una oficina llena de "costosas alfombras y cuadros" para ofrecer nueva tecnología y darle a la gente enjuagues bucales, cepillos de dientes y polvos para cepillarse en casa.
En 1913, Parker compró un circo ambulante y se convirtió en su maestro de ceremonias. La idea era que quienes no eran pacientes podían ver a los elefantes y los actos mientras él sacaba dientes.
Trató a un hipopótamo
Mientras se expandía por California y el oeste de EE.UU. trató a un hipopótamo llamado Lucas, apareció en un parque de diversiones en Long Beach y se tomó fotos con celebridades.
Eventualmente, la preocupación por las bacterias y la esterilización llevó a Parker a abandonar sus demostraciones públicas al aire libre y empezó a presentar películas educativas sobre el cuidado bucal en su oficina. Los interesados eran invitados luego a pasar a su consultorio para un chequeo gratis.
En 1948, unos pocos años antes de que Parker muriera, Bob Hope representó a un dentista llamado Peter "Painless" Potter junto con Jane Russell en la película "Rostro pálido", una comedia parcialmente basada en algunos incidentes de la vida de su vida. A Parker le fascinó la película… y la publicidad.
En la actualidad, Parker sigue siendo una estrella en el pequeño Museo Histórico Dental de la Universidad Temple, donde estudió, pero pocos lo recuerdan fuera de California.
No obstante, su oficina más grande, en la esquina de la calle 7 y Main en Los Ángeles, todavía es un consultorio de odontología. Y, como haciéndole honor a su gusto por la publicidad, hay una enorme anuncio con una cara sonriente en el techo.
Con sus dos entradas, nueve cuartos de tratamiento, un laboratorio lleno de moldes, rayos X, recepción, oficinas, salas de espera, ha cambiado poco desde que fue inaugurado en 1906.
Aunque tuvo otras en la ciudad, esta fue hecha a la medida para Parker como un lugar en el que se hacía de todo, señala el doctor Jong M. Lee, actual dueño.
Lee se la compró a otro dentista pero dice que muchos de sus pacientes son familiares de los que fueron atendidos por Parker. Por eso, nunca ha tenido que hacer publicidad; solo puso el cartel en el techo en 2007 porque iban a hacerle unas mejoras al edificio.
El cartel con los brillantes dientes blancos y labios de rubí sugiere que uno llame o "sencillamente entre".
A Painless Parker le habría gustado.
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