Florinda, es una secretaria ejecutiva, que es soltera y tiene 50 años.
Ella llegó cansada a su casaluego de pasarse todo el día trabajando en forma continuada desde las 8 de la mañana hasta las cinco de la tarde.
En tal estado llegó que decidió hacerse una mascarilla de palta tal como se lo había recomendado sus amigas para que su cutis no se siguiera resecando.
Ella se preparó para hacerse toda una sesión completa de cosmetología y peinado porque en su trabajo había un hombre separado, que era simpaticón y que le hacía ojitos cada vez que se acercaba a tomar café.
Ella pensó, mañana es mi día; me voy a colocar mis ruleros en el pelo, me haré la famosa mascarilla de palta, me exfoliaré el cuerpo porque de repente algo puede suceder.
Cerró la puerta con llave y empezó con su trabajo de belleza.
Se baño lentamente, se lavó el pelo y se puso sus ruleros plateados; seguido a eso preparó su crema de palta y se la untó en todo el rostro; paso seguido se puso su bata plateada para hacer juego con sus ruleros y se tiró a la cama para dormir.
De pronto escuchó pasos y ruidos en su cuarto, como si alguien estuviera abriendo los cajones de su cómoda, así que apagó la luz muy suavemente, su corazón andaba a mil, y se metió en el armario que estaba al lado de la sala.
El ladrón buscaba por toda la casa tomando las cosas fáciles de vender; de pronto el ladrón vió el armario y al abrirlo se encontró con esta mujer de cara verde y rulos plateados por lo que dio un tremendo grito de espanto que fue acompañado por los de ella, y el hombre cayó de cara al piso alfombrado de la casa, muerto de un ataque al corazon, fulminado por la tremenda imagen que de Florinda que parecía un marciano.
Ella llegó cansada a su casaluego de pasarse todo el día trabajando en forma continuada desde las 8 de la mañana hasta las cinco de la tarde.
En tal estado llegó que decidió hacerse una mascarilla de palta tal como se lo había recomendado sus amigas para que su cutis no se siguiera resecando.
Ella se preparó para hacerse toda una sesión completa de cosmetología y peinado porque en su trabajo había un hombre separado, que era simpaticón y que le hacía ojitos cada vez que se acercaba a tomar café.
Ella pensó, mañana es mi día; me voy a colocar mis ruleros en el pelo, me haré la famosa mascarilla de palta, me exfoliaré el cuerpo porque de repente algo puede suceder.
Cerró la puerta con llave y empezó con su trabajo de belleza.
Se baño lentamente, se lavó el pelo y se puso sus ruleros plateados; seguido a eso preparó su crema de palta y se la untó en todo el rostro; paso seguido se puso su bata plateada para hacer juego con sus ruleros y se tiró a la cama para dormir.
De pronto escuchó pasos y ruidos en su cuarto, como si alguien estuviera abriendo los cajones de su cómoda, así que apagó la luz muy suavemente, su corazón andaba a mil, y se metió en el armario que estaba al lado de la sala.
El ladrón buscaba por toda la casa tomando las cosas fáciles de vender; de pronto el ladrón vió el armario y al abrirlo se encontró con esta mujer de cara verde y rulos plateados por lo que dio un tremendo grito de espanto que fue acompañado por los de ella, y el hombre cayó de cara al piso alfombrado de la casa, muerto de un ataque al corazon, fulminado por la tremenda imagen que de Florinda que parecía un marciano.
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